Subtexto en el diálogo: 5 lugares donde tus personajes deberían dejar de hablar

El diálogo consiste en decir cosas, generalmente cosas importantes:

"Yo soy tu padre."

"¡No puedes soportar la verdad!"

“Ser o no ser, esa es la cuestión”.

“Hola, mi nombre es Íñigo Montoya. Mataste a mi padre. Prepárate para morir."

Pasamos mucho tiempo puliendo nuestro diálogo y aprendiendo cómo hacer que suene lo más realista y poderoso posible. Pero en medio de este pulido, no podemos permitirnos pasar por alto una de las dicotomías más importantes de la ficción.

A veces, los momentos más importantes de un diálogo son los que no se dicen.

Las palabras no siempre son lo suficientemente fuertes para transmitir el impacto de ciertas emociones. A veces el silencio habla más fuerte que las palabras. Y sorprendentemente a menudo, el silencio (o su equivalente en forma de diálogo aparentemente mundano que cumple una doble función, comunicando mucho más que las propias palabras) proporciona una visión cegadora de la caracterización.

Entonces, ¿cómo sabes cuándo es el mejor momento para decirles a tus personajes habladores que se metan un calcetín en ellos?

  • Cuando se trata de emociones fuertes. "Te odio" simplemente no transmite el mensaje con tanta fuerza como una mirada congelada (y sí, Revenge of the Sith, te estoy mirando).
  • Cuando la acción comunica más fuerte o más concisa. Si la acción es dinámica, como una esposa enfadada que arroja un pollo a la cabeza de su esposo, o algo más sutil, como pretender estar tan absorta cortando el pollo que no tiene tiempo de responder a sus súplicas, es difícil. discutir con el lenguaje corporal.
  • Cuando el diálogo no añade nada importante. Si las conversaciones triviales no hacen avanzar la trama, deténganse. Por otro lado, si la propia discusión da una idea de una situación dada (por ejemplo, el miedo de los personajes a discutir temas más profundos), la propia "inutilidad" del diálogo se convierte en una especie de silencio.
  • Cuando demasiada información estropea la tensión. Si tus héroes hablan todo lo que saben, probablemente sea el momento de taparte la boca. Los personajes con secretos siempre son más interesantes. Solo asegúrese de explicar a sus lectores que estos secretos existen. Un personaje que evita responder una pregunta o decide cambiar de tema aumenta mucho el valor de lo que no dice.
  • Cuando el carácter está mejor servido. Algunos personajes simplemente no están destinados a ser manipulados. El tipo poderoso y silencioso puede ser un desafío de escritura (como descubrí en mi romance medieval Behold the Dawn), pero su naturaleza taciturna les da a los autores la capacidad de asegurarse de que cada palabra cuente.

Nunca tengas miedo al silencio. Usa esto a tu favor (como lo hacen los entrevistadores expertos) para hacer que tanto los personajes como los lectores estén animados y atentos.

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